Friday, June 29, 2007

Serial Killer mon amour



Hace mucho que me gustan las historias de asesinos seriales. Supongo que la historia de Jack the Ripper y los asesinatos de la Rue Morgue fueron mi iniciación.
El hecho de que alguien aparentemente normal se saque el gusto matando gente en sus ratos libres, sin culpa y con total dominio de las circunstancias, y que además esa persona sea capaz de disimular esta afición ante todos los que lo rodean, no solamente su familia, amigos, compañeros de trabajo, sino también ante las autoridades -que supuestamente deben prevenir el crimen y hallar a los culpables de delitos, para detenerlos, juzgarlos y castigarlos-, esa capacidad de disimular la naturaleza monstruosa de sus acciones y pasar completamente desapercibidos me resulta absolutamente incomprensible, me es imposible empatizar, ponerme en los zapatos, entender a alguien así. Supongo que por eso me fascinan las historias sobre estos personajes.
Varias historias de asesinos seriales verdaderos han sido llevadas al cine, con mayor o menor éxito, desde la de Albert De Salvo hasta la de David Berkowitz, the Son of Sam -excelente Summer of Sam de Spike Lee-. David Fincher (
Seven, Fight Club, Panic Room) nos presenta a Zodiac , y no tiene nada que envidiarle a ninguna de las anteriores, en especial a la de Spike Lee.
Es una de esas películas en las que se sale con una sensación de que la hostilidad e inseguridad de la realidad ha invadido un poco el mundo de fantasía del cine, donde los culpables siempre pagan sus crímenes, todo enigma tiene solución y los finales son seguros y bastante predecibles.
Si se tenía noticia del caso del asesino del Zodíaco -yo había leído sobre el caso en Internet, a principios de los 90s-, la historia es absolutamente fiel al caso real y está relatada de tal manera que el interés no decae en ningún momento, la reconstrucción de época y las actuaciones son excelentes. Si no se tenía noticia del caso, es una impactante forma de enterarse. Impactante e inolvidable.

Wednesday, June 13, 2007

De lejos te vi venir.

Tres al precio de una...

Y si resulta que vas tres veces al cine, y que esas tres veces pegás peliculas hermosas, inspiradoras, emotivas, bellas... y bué, se merece un retorno ¿no?

Las tres conservan algo intimo, algo que las une.
En la Vida de los otros son los silencios, la mirada esquiva, las tomas claras pero correctas, tan tan alemanas.

La Vida en Rosa y la música de Edith Piaf, tan bella, tan sentida, tan dura su vida... tan bellamente actuada, sensible, emotiva, devastadora. En cada imagen vive Edith Piaf, ese personaje tan poco querible, tan arrasado.

Retrato de una Pasión cuenta con el ojo de ese director increíble, que si hubiera nacido en Asia se hubiera llamado Won Kar Wai, pero por suerte no, y los tenemos a los dos. Tomas perfectas, bellas. Tensión increíble, personajes añorables. Ni hablar de Nicole Kidman y Robert Downey Jr. en actuaciones impecables.

Y si además de todo eso, en el medio lo ves a Julio Boca, erotizando un estadio, con una mesa, con una escalera, llevando cada movimiento hasta el éxtasis, la tensión, el dominio del cuerpo, el roce, que más decir... que cuando apareció la Mona y cantó Balada para un loco, con la voz hecha mierda, el público mudo, pero mudo de la emoción, con la piel de gallina y el cuerpo, el de uno, moviendosé por el escenario, por la voz, hasta el silencio final, y la explosión que retribuye.

En fin, y un minuto más un minuto menos... acá de vuelta y vamos por más.

por Seba della