El premio

El Premio es una película peruana, de Alberto Duran, sin grandes actores, sin grandes pretensiones, pero que deja el sabor de una comida de verano. Un rastro, una huella de buen sabor aunque no terminemos de saber bien de que es el picadillo.

El premio está filmada como si fuera novela, está actuada (a veces en el límite) como si fuera novela y tiene una trama con algunos personajes interesantes de un Perú que no es el de las maravillas naturales. Personajes ¿reales?, accesibles, antiheroes, sospechosos, comunes.
Una historia que se va desviando hasta dejarnos al borde del abismo de la incertidumbre, de la angustia... y cuando esperamos que las cosas comiencen a atarse se desatan del todo y los hilos vuelan como arrastrados por un viento que no esperabamos.
Si la peli tiene un gran mérito es este, desconcertarnos, desbaratar la trama.

También deja ver, ni como solapamiento ni como crítica, el mal trato al que nos sometemos entre nosotros, los unos con los otros.

Para conocer un poco el Perú de adentro, de las galerías, de los pasajes interiores, de los pueblos alejados... aunque sea en un trazo estereotipado y un poco dulzón.