Monday, May 15, 2006

Silencio Incompleto

Capote, de Bennet Miller
Una va al cine. Elije un asiento. Mientras espera que apaguen las luces, puede observar la gente que viene a ver la misma película.
Y una se pregunta sobre esa gente. ¿Hablará durante la película? ¿Comerán cosas extraídas de envoltorios ruidosos?¿Controlarán su celular en medio de una escena oscura interrumpiendo la oscuridad en que nos querían sumir los realizadores de la película?

Esta vez fue casi perfecto: casi silencio reverente del numeroso público durante toda la película. Alguien tosía tímidamente, casi imperceptiblemente. Ningún problema.
Un señor mayor aprovechaba para comentarle detalles a su señora cuando los personajes se callaban. Otros y otras en la sala hacían lo mismo. Por ellos el silencio no fue completo.
Hubo algunos chistidos, pero los habladores y las habladoras no se dieron por enterados.

Entonces me di cuenta: para mí, la película habla completamente, a todos nuestros sentidos.
Los silencios tienen razón de ser: a veces ver una imagen en silencio es devastador.
Ver la belleza desesperada de la soledad en una imagen en silencio, sin voces en off, sin música o con una música tenue, casi inexistente, con el sonido que pensaron para esa imagen quienes la crearon, es una experiencia incomparable.
Imaginar el silencio en medio de una película que nos está encantando, aislándonos del entorno y obviando la voz del señor explicándole cosas a su señora, es inefable. No se puede describir con palabras.
Completa concentración en la experiencia "Capote". Nada más. Nada más.

Dicho esto, debo agregar que la obra de Truman Capote me ha tenido cautivada durante años, desde que vi "Desayuno en Tiffany´s" de Blake Edwards con Audrey Hepburn y George Peppard, y averigüé que se basaba en su libro, desde que leí "Música para Camaleones", el primero de sus libros que cayó en mis manos, donde decía de sí mismo "Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio.", delatando una personalidad controvertida y difícil, que se notaba por demás en sus escritos.
También tendría que aclarar que me encanta Philip Seymour Hoffman. Jamás me defrauda. Siempre me da más de lo que espero. Lo he visto haciendo personajes imposibles de querer (en "Happyness" de Todd Solondz, por ejemplo).
Capote es una película sólida, consistente, difícil de tragar. El personaje central, Truman Capote, es prácticamente imposible de querer, es incómodo tratar de empatizar con él sin reservas. Pero así era él, parece.
Mágicamente, el cine nos deja rozar a la persona que fue Capote como si fuera él mismo, nos caiga bien o nos caiga mal. Nos deja verlo tan de cerca que casi sentimos el perfume de su colonia after shave.
Y con ésta también, la primera vez tiene que ser en el cine.

por Elisa F.

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